domingo, 28 de junio de 2009

Conversaciones Encontradas


Lugar: Subte Linea B

Personajes: Tres estudiantes

Fecha: 20/06/09

Anónimo A: - Cuando estaba en España ganaba -con propina y todo- 1000 euros por día.
Anónimo B: - ¿Y qué mierda hiciste con la plata?
Anónimo A: - Me la metí por acá (señalando su nariz)

lunes, 22 de junio de 2009

The Monos Invasores


Históricamente he tenido una relación difícil con la tecnología y más precisamente con las computadoras. Tengamos en cuenta una negación primaria, una postura pseudo política y -como consecuencia- un desconocimiento honestamente adquirido. No recuerdo con precisión el momento en el que decidí cambiar pero sucedió, lento, doloroso y sobretodo colérico. Luego de un largo recorrido, comencé hace unos meses a pelear con el Fotoyop desatando una lucha desigual. Con algunas lecciones de amigos y mucha voluntad logré “manejar” de manera primitiva el malévolo programa y varias de las cosas que están en este blog son el resultado de horas de esa reyerta. Por eso hoy aprovecho para mostrar – a pesar de que dudo que a alguien pueda interesarle- lo que sería la carta de presentación de The Monos Invasores, un programa de radio que quizás nunca llegue a olfatear el aire contaminado del éter.

viernes, 5 de junio de 2009




Son las 8 de la tarde y los vagones del subte están semi vacios, ya pasó la hora del aluvión. Un pibe que no tiene más de 7 años sube en la estación Ángel Gallardo de la línea B y revolea a una bebé contra el asiento. Ella, asimila el impacto con la sabiduría del que aprende rápido. Sin perder tiempo, el pibe empieza con el pregón que apenas comenzado se vuelve inentendible. Casi nadie lo mira pero parece no importarle mucho. Luego de malabarear con unas botellas de gaseosa con agua se las deja a la beba y las reemplaza por pelotas. Él hace malabares, la beba toma agua del pico y el show llega a su fin. Sólo resta pasar y pedir y así lo hace. Mientras el pibe recorre el vagón, la beba lo mira atenta y decide extender el brazo mientras la palma de su mano mira hacia arriba. Y pide, una vez, otra. La mano se mueve torpe y su mirada busca los ojos de los pasajeros que prefieren mirar el piso. El nene se sienta a mi lado y me cuenta que hoy fue un día flaco, que los fines de semana se trabaja mejor, que va a la escuela y que su hermanita tiene apenas un año. El subte comienza chillar cuando decide detenerse y el parlante avisa: Estación Carlos Pellegrini, combinación con líneas C y D. Él la agarra del brazo y ella se para cómo puede, los dos se van y se pierden en medio de cientos de piernas.